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LA MARIONETA HA SABIDO EXPRESAR LO QUE NADIE HABRíA OSADO DECIR SIN MÁSCARA: ES LA HEROÍNA DE LOS DESEOS SECRETOS Y LOS PENSAMIENTOS ESCONDIDOS, ES LA CONFESIÓN DISCRETA DE UNO MISMO A LOS DEMÁS Y DE UNO A SÍ MISMO.

(diccionario de los símbolos de Jean Chevalier y Alain Gheerbrant)




REPORTAJE a Leticia Fried por Janeth Cadena


El mágico oficio de una titiritera.

La profesión que escogió Leticia Paula Fried es prácticamente milenaria y pertenece a todos los rincones y todas las épocas del planeta. Su trabajo a través de hilos, espumas y varillas, consiste en hacer que tanto adultos como niños se ilusionen y diviertan cada vez que se abre el telón.

La Columna Curvada, representada por un caballito de mar, es el nombre que esta titiritera le dio a su taller de creación y laboratorio de experimentación y aprendizaje. “Éste es un pez marino fascinante que integra diversos conceptos que definen en buena parte el trabajo que yo realizo: elasticidad, movimiento, belleza, diseño, estética e incluso representa la fidelidad”, comenta.

En su taller, como ella misma describe en su página web, se ocupan de animar el escenario y dar alma al espacio escénico mediante objetos, a través de una amplia variedad de materiales y técnicas. La elaboración de mascotas publicitarias, máscaras, puppets para teatro, escenografías, confección de vestuario ornamentales y maquillajes fantásticos, son algunas de las líneas de acción que se manejan en La Columna Curvada.

Las marionetas que fabrica Leticia varían en tamaño y construcción, y pueden moverse a mano o mediante cualquier otro artificio. Pero lo más increíble del arte de ser titiritero es dar vida a una espuma o un pedazo de látex, ya que se tienen que convertir en mecanismos autónomos, capaces de expresar, a través de sus diseños y movimientos, sentimientos o estados de ánimo.

“Es un trabajo en el que convergen muchas disciplinas y en el que se emplean herramientas utilizadas en la mecánica o la electricidad. Para dar vida a un títere tienen que confluir muchos aspectos, de tal manera que el espectador se sienta inmerso en la historia que le están contando, o que la creaciones sean capaces de hablar por sí solas. Además, tienen que estar muy bien elaborados para que se puedan manipular”, puntualiza.

Los cerca de 18 años de experiencia profesional de esta uruguaya abarcan diversos campos relacionados con las artes escénicas y plásticas. No en vano gran parte de sus creaciones conjugan elementos del teatro, la danza, la música, el espectáculo y la organización espacial. Actualmente expone una colección de catorce máscaras de mitología catalana de forma itinerante dentro de la comarca del Barcelonés y se encuentra inmersa en la creación de un proyecto teatral.

Radiografía de Leticia Fried

Aunque Leticia nació en Montevideo, Uruguay, su corazón está clavado en Buenos Aires, Argentina, ciudad donde creció y se despertó su pasión por esa invención tan fascinante llamada marioneta. “Recuerdo que cuando pequeña siempre estaba construyendo muñecos; pasaba muchas horas de mi tiempo libre creando títeres con su teatrillo y luego, los manipulaba e interpretaba obras de teatro para mi familia o mis amigos”, recuerda.

Esta uruguaya que estudió bellas artes, danza e interpretación, se puede definir como una emprendedora en el sentido más amplio de la palabra. En Buenos Aires trabajó como profesora de dibujo, actriz en diferentes espectáculos y comedias musicales, realizadora de títeres y vestuarios, y además, empresaria, ya que en 2001 creó El Grupo Aparte, y estrenó un espectáculo de títeres de mesa en pequeño formato llamado “La Herencia”, presentado en el Instituto Universitario Nacional de Artes, de Argentina. Ese mismo año, el grupo de creación de títeres al que pertenecía ganó el Premio Estrella de Mar 2001, al mejor espectáculo infantil, con la escenificación y caracterización de los personajes de “La Sirenita”.

En el año 2003, a su llegada a Terrassa (ciudad ubicada a 40 minutos de Barcelona), donde reside y tiene sede La Columna Curvada, también realizó talleres de formación complementarios de fotografía, acrobacias, danza y actuación, con el fin de enriquecer y añadir nuevas técnicas a los personajes que crea. “Continuamente estoy realizando talleres relacionados con diversas artes, porque ello me permite tener una visión más amplia de todos los componentes a tener en cuenta en la creación de un títere, añadir nuevos elementos, y ser muchos más creativa a la hora de diseñar”, comenta.

Su entrada en los platos de televisión españoles inició con los títeres más famosos de la televisión, los intérpretes de la canción: “Buenas noches, hasta mañana, los niños y los Lunnis nos vamos a la cama…”, y con la que se van a dormir millones de niños en España. Leticia tuvo el placer, como ella misma dice, de formar parte del amplio equipo de profesionales que dan vida a Lucho, Lublú, Lupita o Lulila, algunos de los personajes más queridos por los niños. “Trabajar moviendo los hilos de los Lunnis fue una experiencia supremamente enriquecedora tanto a nivel profesional como personal, porque estás haciendo parte de los personajes que alimentan las ilusiones y las fantasías de miles de niños”, explica.

La aportación de esta emprendedora ha sido también de alguna manera terapéutica, ya que ella diseña y construye títeres de varilla para que sean empelados en el aprendizaje de niños y personas con discapacidad. Su último trabajo se centró en la elaboración de títeres de varilla para la asociación Fupar, de la Caixa de Terrassa, que trabaja por la integración social y laboral de las personas adultas con discapacidad psíquica y minusvalías físicas y sensoriales.

Más información:

Leticia Fried

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Publicado en Tribuna Latina 17/03/2008